La Unión de Discapacitados del Principado de Asturias (UMA) se opone a la medida de la nueva Ordenanza de Movilidad del Ayuntamiento de Gijón que les obliga a adquirir una tarjeta de residente, que cuesta 45 euros, para poder aparcar en la zona ORA.

Hasta el momento, en Gijón, al igual que en el resto de consistorios asturianos, las personas que eran titulares de la tarjeta europea de estacionamiento para personas con movilidad reducida estaban exentas de pago.

Los socios y las socias de UMA consideran la medida una pérdida de los beneficios adquiridos por los/las gijoneses/as con discapacidad y movilidad reducida. La exención del pago de la ORA favorece su movilidad y autonomía personal y compensa el gasto anual extraordinario que una persona con discapacidad tiene por motivos de su discapacidad, máxime en un momento en el que los precios del gas, la electricidad, el combustible y la alimentación, entre otros, han aumentado.

Una persona con discapacidad gasta entre 3.000 y 70.000 euros más al año que una persona sin discapacidad, pues debe asumir el coste de tratamientos médicos, rehabilitación, productos de apoyo, acondicionamiento de la vivienda y el vehículo para que estos sean accesibles, transporte, dietas, etc.

UMA considera “un atropello” este cambio y no comprende los argumentos ofrecidos por la concejalía de Movilidad de Gijón para justificar el mismo.

“Que nos permitan aparcar en todas las zonas de la ORA de Gijón y tener dos tarjetas de residente por vivienda no son acciones de discriminación positiva, como la concejalía defiende, sino una pérdida de los beneficios adquiridos por un grupo de población vulnerable, como son las personas con discapacidad y movilidad reducida”, asegura la presidenta de UMA, Mónica Oviedo, que también preside COCEMFE Asturias.

En este mismo sentido, se pronuncian dos socios de UMA, Luis Lobera y Abraham del Cueto. Lobera valora el cambio como “un grave error y un salto atrás” porque “lo que van a recaudar con nosotros es mínimo”. Por su parte, del Cueto considera una injusticia que, “además de tener una discapacidad, ahora nos hagan pagar por estacionar el coche, cuando antes no teníamos que hacerlo”.